Revelación 2:9 el desafío de la tibieza

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La Iglesia de Éfeso: una iglesia en declive

El libro de Apocalipsis, escrito por el apóstol Juan, es una carta profética llena de simbolismo e imágenes vívidas. En el capítulo 2, encontramos un mensaje dirigido a siete iglesias diferentes de Asia Menor, incluyendo Éfeso. Esta iglesia era conocida por su arduo trabajo y su compromiso con la fe, pero también por un problema que amenazaba socavar su fortaleza: la tibieza.

En Apocalipsis 2:9, Jesús se dirige a la iglesia de Éfeso con estas palabras: “Conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia; sé que no puedes soportar a los malos, y has puesto a prueba a los que se dicen apóstoles, pero no lo son, y los has hallado mentirosos. Sé también que tienes paciencia y que has soportado por amor a mi nombre, y no te has cansado.” Aquí, Jesús reconoce el esfuerzo y la perseverancia de la iglesia, su resistencia a la herejía y su amor por él. Sin embargo, a continuación añade una advertencia que echa por tierra todos los elogios: “Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor.”

Un amor que se ha enfriado

La frase “has dejado tu primer amor” es una metáfora que describe una condición espiritual. La iglesia de Éfeso, a pesar de su actividad y su compromiso, había permitido que su amor por Jesús se enfriara. Su pasión inicial, el fervor con el que habían abrazado la fe, se había diluido hasta convertirse en una rutina.

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Imagínate un fuego que, con el tiempo, disminuye su intensidad hasta convertirse en brasas. Las brasas aún conservan el calor, pero ya no tienen la fuerza para encender una nueva llama. Así era la iglesia de Éfeso: su amor por Jesús, aunque no se había extinguido por completo, se había debilitado.

El peligro de la tibieza

La tibieza espiritual es un estado peligroso que puede llevar a la apostasía. Jesús lo describe con una analogía en Apocalipsis 3:15-16: “Yo conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

La tibieza es peor que la frialdad, porque la frialdad al menos es honesta. Un corazón frío no pretende ser caliente, mientras que un corazón tibio se engaña a sí mismo creyendo que sigue amando a Dios, cuando en realidad su amor se ha enfriado.

Los síntomas de la tibieza

La tibieza espiritual puede manifestarse de diferentes formas:

  • Falta de pasión: Un corazón tibio se caracteriza por la falta de entusiasmo, de deseo ardiente por Dios y por su obra.
  • Apatía: La tibieza lleva a la indiferencia hacia las cosas espirituales, a la falta de interés por la oración, la lectura de la Biblia y la participación en la vida de la iglesia.
  • Conformismo: La tibieza se contenta con la mediocridad, con un cristianismo superficial que no busca crecer en la fe ni servir a Dios con todo el corazón.
  • Egoísmo: El amor tibio se centra en sí mismo, en sus propios intereses y necesidades, en lugar de en las necesidades de los demás y en la voluntad de Dios.
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La importancia de volver al primer amor

La advertencia de Jesús a la iglesia de Éfeso es un llamado a la acción. Él no quiere que su pueblo se quede en un estado de tibieza; quiere que reavive su primer amor.

Pasos para volver al primer amor

  • Reconocer la tibieza: El primer paso para volver al primer amor es reconocer que hemos dejado de amar a Dios como antes. Es necesario examinar nuestro corazón y preguntarnos si nuestro amor por Jesús se ha enfriado.
  • Arrepentirnos: Una vez que reconocemos la tibieza, debemos arrepentirnos de ella y volver a Dios con un corazón contrito. El arrepentimiento implica un cambio de actitud y una determinación de volver a amar a Dios con todo nuestro ser.
  • Buscar la intimidad con Dios: Para volver al primer amor, debemos buscar la intimidad con Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia, la adoración y la comunión con otros creyentes.
  • Servir a los demás: El amor se demuestra a través del servicio. Cuando nos enfocamos en servir a los demás, el amor por Jesús se aviva y nuestro corazón se llena de pasión.
  • Perseverar en la fe: La tibieza puede ser un proceso gradual, pero podemos resistirla perseverando en nuestra fe, buscando crecer en la gracia y manteniendo una relación activa con Dios.

El mensaje de Apocalipsis 2:9 es una advertencia para todos los creyentes. Debemos estar atentos a los signos de la tibieza en nuestras vidas y tomar medidas para volver al primer amor. El amor por Jesús es la fuerza que nos mueve a vivir vidas transformadas, a servir a los demás y a dar testimonio de su gracia. Que nunca olvidemos la pasión y el fervor con el que abrazamos la fe por primera vez, y que siempre estemos dispuestos a reavivar esa llama en nuestros corazones.

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