La pregunta “¿Quién creó a Dios?” es un desafío que ha cautivado a mentes inquisitivas durante siglos. Es una pregunta que surge de forma natural, especialmente en la infancia, cuando la lógica y la curiosidad se entrelazan. Recuerdo cuando mi hija, con solo seis años, me preguntó: “Papá, ¿quién creó a Dios?”. En ese momento, la complejidad de la doctrina cristiana, la Trinidad, se volvió abrumadora para su mente infantil.
La pregunta “¿Quién creó a Dios?” parece sencilla, como un acertijo que se puede resolver con una respuesta fácil. Sin embargo, la pregunta oculta una profunda complejidad teológica que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la creación y la existencia de un ser supremo.
El problema de la regresión infinita
La pregunta “¿Quién creó a Dios?” resuena con un argumento clásico: el problema de la regresión infinita. Esta lógica se basa en la idea de que todo tiene una causa. Si Dios es la causa del universo, entonces debe haber una causa para Dios mismo. Y si esta causa necesita una causa, entonces tenemos una cadena interminable de causas, lo que lleva a una regresión infinita.
Imaginemos una tortuga gigante que sostiene el mundo sobre su espalda. ¿Quién sostiene a esa tortuga? Otra tortuga. ¿Y quién sostiene a la segunda tortuga? Y así sucesivamente. La imagen de tortugas infinitas es una analogía del problema de la regresión infinita. Si cada entidad necesita una causa, terminamos en un ciclo interminable sin un punto de partida.
¿Es la respuesta negar la existencia de Dios?
Algunos argumentan que la regresión infinita indica que Dios no existe. Si todo necesita una causa, entonces Dios también necesitaría una causa, lo que invalidaría su existencia. Sin embargo, esta lógica no resuelve la pregunta fundamental: ¿quién o qué creó el universo?
Si negamos la existencia de Dios, todavía tenemos que explicar el origen del universo. ¿Cómo surgió el Big Bang? ¿Cuál fue la causa del evento que dio inicio a la existencia? La respuesta sigue siendo elusiva, lo que lleva a un nuevo problema de regresión infinita.
Seres contingentes y necesarios
Para entender la respuesta católica a la pregunta “¿Quién creó a Dios?”, debemos explorar el concepto de seres contingentes y necesarios. Los seres contingentes son aquellos cuya existencia depende de algo externo. Nosotros, los humanos, somos seres contingentes. Nuestra existencia depende del aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y de otros seres humanos.
Si toda la cadena de la existencia es contingente, esto nos lleva de vuelta a la regresión infinita. ¿Qué causó la existencia de la primera entidad contingente? Para romper este ciclo, la filosofía y la teología cristiana introducen el concepto de un ser necesario.
Un ser necesario: la respuesta católica
Un ser necesario es aquel que no depende de nada más para existir. Es auto-originado, auto-existente. Este ser no tiene una causa porque es la fuente de todas las causas. Dios, según la fe católica, es este ser necesario. Él existe fuera del tiempo y del espacio, sin necesidad de una causa previa.
El filósofo ateo J.L. Mackie, en su libro “The Miracle of Theism”, reconoce la validez del concepto de un ser necesario como respuesta al problema de la regresión infinita. Él argumenta que si todo es contingente, entonces nuestro universo sería una “estructura inescindible” que no podría existir. Por lo tanto, la existencia de un ser necesario es una condición necesaria para la existencia del universo.
La lógica de la fe
La respuesta católica a la pregunta “¿Quién creó a Dios?” no es un argumento científico, sino un acto de fe. La fe cristiana se basa en la revelación divina, que no puede ser probada mediante métodos empíricos. La fe nos lleva a aceptar la existencia de un Dios eterno, infinito y todopoderoso, que no necesita una causa para existir.
La pregunta “¿Quién creó a Dios?” es un desafío que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la creación y nuestra propia existencia. La respuesta católica, basada en la fe y la razón, nos lleva a la comprensión de un Dios eterno e increado, la fuente de todo lo que existe.
Punto | Descripción |
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1 | La pregunta “¿Quién creó a Dios?” no tiene una respuesta simple como un nombre. |
2 | La pregunta requiere una profunda reflexión sobre su significado. |
3 | La pregunta “Quién creó a Dios?” es similar a preguntas sin sentido como “¿Qué longitud tiene un litro de leche?”. |
4 | La leche no tiene longitud, tiene volumen, peso y precio. |
5 | La pregunta “¿Cómo puedo hacer una lista de todas las cosas que se me han olvidado para siempre?” también es sin sentido. |
6 | Si algo se ha olvidado para siempre, no se puede recordar ni hacer una lista de ello. |
7 | La pregunta “Quién creó a Dios?” contiene una contradicción interna. |
Preguntas Frecuentes
¿Quién creó a Dios según la Biblia Católica?
La Biblia Católica no menciona que Dios haya sido creado. Dios es eterno, infinito y todopoderoso, existiendo desde siempre y sin necesidad de una causa.