El partenio era un canto lírico de la antigua Roma, interpretado exclusivamente por un coro de jóvenes vírgenes en honor a deidades femeninas. Su nombre deriva de “parthenos”, que significa “virgen” en griego.
Se creía que las vírgenes eran las más aptas para interpretar el partenio porque se pensaba que su pureza y su conexión con la deidad harían que el canto fuera más agradable para ella.
Estructura de la procesión
El coro del partenio estaba formado por 27 cantantes divididas en tres grupos de nueve. Ocupaban un lugar central en la procesión sacrificial que recorría las calles de Roma.
La procesión
La procesión comenzaba con dos vacas blancas destinadas al sacrificio, seguidas de dos estatuas de madera. Luego venían las jóvenes del coro y, por último, los decenviros con coronas de laurel y togas. En un momento determinado, las jóvenes tomaban una cuerda y la pasaban por sus manos, iniciando su canto y acompasándolo con el sonido de sus pies.
Contenido del canto
Aunque no se conserva música partenia, se sabe que era una composición lírica solemne y sagrada. Estaba estrechamente ligada a los rituales religiosos y la veneración de las deidades femeninas.
Procesión dedicada a Juno
Una de las procesiones partenias más conocidas fue la celebrada en honor a Juno en 207 a. C. El canto fue compuesto por Livius Andronicus.
El partenio en la actualidad
El partenio es un testimonio del importante papel que desempeñaba la música en la religión y la cultura de la antigua Roma. Aunque el canto en sí no ha sobrevivido, su impacto y significado siguen siendo objeto de estudio por parte de los historiadores y musicólogos.
