El Espíritu Santo, el tercer miembro de la Trinidad, desempeña un papel crucial en la vida de los creyentes. Es el sello de Dios sobre ellos, un testimonio indeleble de su pertenencia a Dios. El sello del Espíritu Santo es una “prenda” o “enganche” que garantiza la herencia celestial para aquellos que han puesto su fe en Jesucristo.
Aplicación del Sello/Arras
En el momento en que un individuo cree en el evangelio y acepta a Cristo como Señor y Salvador, el Espíritu Santo sella su corazón. Este sello es una marca de propiedad divina, un indicador de que pertenecen a Dios. El sello y las arras están interrelacionados, con las arras representando una porción anticipada de la herencia espiritual que se recibirá plenamente en el futuro.
El Sello
El Espíritu Santo es el sello divino que autentifica la salvación de un creyente. Es un testimonio inquebrantable de que Dios los ha perdonado, redimido y sellado como suyos. El sello del Espíritu Santo asegura la validez y la irreversibilidad de la salvación, ya que reside permanentemente en los corazones de los creyentes.
Las Arras
Además de ser un sello, el Espíritu Santo es también las arras, o garantía, de la herencia celestial que espera a los creyentes. Las arras son un anticipo o una muestra de la gloria venidera. Permite a los creyentes experimentar un atisbo de la alegría y la paz que les esperan en la eternidad.
Experiencias Prácticas
El sello y las arras del Espíritu Santo se manifiestan tangiblemente en las vidas de los creyentes. Estas manifestaciones incluyen:
Convicción del pecado y la gracia: El Espíritu Santo ilumina la conciencia del pecador, revelándoles su necesidad de salvación y la gracia de Dios en Cristo.
Deseos santos y amor por los hermanos: El Espíritu Santo imparte deseos piadosos en los corazones de los creyentes, guiándolos hacia la santidad y promoviendo el amor y la unidad entre los hermanos y hermanas en la fe.
Poder para testificar de Cristo: El Espíritu Santo capacita a los creyentes para compartir valientemente su fe en Cristo, convenciendo a otros de la verdad del evangelio.
Experiencias de profunda intimidad con Dios: El Espíritu Santo facilita una profunda intimidad entre Dios y los creyentes, guiándolos en la oración, el estudio de la Biblia y la comunión.
El Espíritu Santo es el sello y las arras de nuestra salvación, garantizando y anticipando nuestra herencia eterna. Aquellos que experimentan la obra del Espíritu tienen la seguridad de su salvación y un anticipo de la alegría y la gloria que vendrán. El sello del Espíritu Santo es un testimonio indeleble de nuestra pertenencia a Dios y una promesa de la herencia celestial que nos espera.
Característica
Consejo/Punto clave
Sello del Espíritu Santo
Testimonio de pertenencia a Dios
Arras de la herencia celestial
Garantía de la promesa de Cristo en la cruz
Confirmación de la propiedad de Dios
Seguridad de salvación
Sello inquebrantable
Preservación hasta el último día
Evidencia del Espíritu Santo
Arrepentimiento, fruto del Espíritu, conformidad con la voluntad de Dios
Renovación del corazón
Preparación para la redención final
Gozo y confianza
Conocimiento del lugar asegurado en el futuro
Enseñanzas y guía del Espíritu Santo
Sellado y confirmación hasta el día de la redención
Gloria inimaginable
Experiencia futura para los sellados
Preguntas frecuentes sobre el sello del Espíritu Santo
¿Qué es el sello del Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre los creyentes, una prueba de su pertenencia a Él.
¿Cuándo se aplica el sello del Espíritu Santo?
En el momento en que una persona cree en el evangelio.
¿Qué diferencia hay entre el sello y las arras?
Tanto el sello como las arras están relacionados con la herencia espiritual de los creyentes:
* El sello certifica la pertenencia a Dios.
* Las arras son un anticipo de la gloria venidera.
¿Cuáles son las manifestaciones prácticas del sello del Espíritu Santo?
