En el corazón del libro de Efesios, encontramos un pasaje que ilumina la naturaleza y la identidad de la iglesia cristiana: Efesios 2:20. Este versículo, con su lenguaje poderoso y lleno de significado, nos invita a reflexionar sobre el fundamento sobre el cual se levanta la iglesia y su estrecha relación con Jesucristo. La iglesia, lejos de ser una simple institución humana, es un organismo vivo, construido sobre un fundamento sólido e inquebrantable: Jesucristo.
El versículo en cuestión dice: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular”. Esta imagen de la iglesia como un edificio construido sobre un fundamento nos ofrece una perspectiva profunda sobre su naturaleza y propósito. La iglesia no surge espontáneamente, como un edificio que aparece de la nada. Es, en cambio, una estructura cuidadosamente diseñada y construida sobre un fundamento sólido y eterno, que es Jesucristo.
El versículo no solo menciona el fundamento, sino que también destaca la piedra angular: Jesucristo. La piedra angular, por su posición estratégica, es crucial para la estabilidad de cualquier edificio. En el caso de la iglesia, Jesucristo es la piedra angular que une y sostiene toda la estructura. Sin él, la iglesia se desmoronaría, carente de propósito y dirección.
La metáfora de la piedra angular nos ayuda a comprender que Jesús es el centro de la iglesia. Él es el fundamento sobre el cual se construye la fe, la esperanza y el amor que la caracterizan. Todo lo demás en la iglesia, desde la doctrina hasta la práctica, debe estar alineado con Jesucristo. Él es la piedra angular que une a todos los creyentes, creando un cuerpo único y diverso.
Los Apóstoles y Profetas: Los cimientos de la Iglesia
Efesios 2:20 también menciona a los apóstoles y profetas como parte del fundamento. Estos hombres y mujeres, llamados por Dios, jugaron un papel crucial en la fundación de la iglesia. Transmitieron el mensaje de Jesús, establecieron las primeras comunidades cristianas y enseñaron las verdades fundamentales de la fe.
Los apóstoles, testigos directos de la vida, muerte y resurrección de Jesús, fueron escogidos por él para ser sus embajadores. Los profetas, por otro lado, recibieron revelaciones divinas, guiando a la iglesia en su crecimiento y desarrollo. Estos hombres y mujeres, junto a Jesucristo, forman el fundamento sobre el cual se construye la iglesia.
Ejemplos de Apóstoles y Profetas
La Biblia nos ofrece ejemplos claros de apóstoles y profetas que contribuyeron al establecimiento de la iglesia cristiana. Entre ellos podemos destacar:
Pedro: Uno de los doce apóstoles, reconocido por su liderazgo temprano en la iglesia y su testimonio de la resurrección de Jesús.
Pablo: Un apóstol llamado por Dios después de su conversión, quien viajó por el mundo antiguo predicando el evangelio y estableciendo iglesias.
Juan: Uno de los doce apóstoles, conocido por su amor a Jesús y su profundo conocimiento de la fe cristiana.
Isaías: Un profeta del Antiguo Testamento que recibió mensajes de Dios sobre el futuro del pueblo de Israel y la venida del Mesías.
Jeremías: Un profeta que enfrentó la oposición del pueblo de Israel al anunciar el juicio de Dios, pero también la promesa de esperanza y restauración.
Estos ejemplos nos ayudan a comprender la importancia de los apóstoles y profetas como cimientos de la iglesia. Su legado continúa inspirando y guiando a los creyentes hasta el día de hoy.
La Iglesia: Un Edificio en Construcción
La imagen de la iglesia como un edificio en construcción nos recuerda que la iglesia no es estática, sino que está en constante crecimiento y desarrollo. Los creyentes, como piedras vivas, se unen a la estructura de la iglesia, aportando sus dones y talentos para la edificación del cuerpo de Cristo.
La iglesia es un proceso, no un producto final. Es un lugar donde se viven las verdades de la fe, se cultiva la unidad en la diversidad, se experimenta el amor de Dios y se comparte el mensaje de esperanza con el mundo. La iglesia no es un lugar perfecto, pero es un lugar donde la gracia de Dios obra continuamente, transformando vidas y edificando la comunidad de los creyentes.
El versículo de Efesios 2:20 también nos recuerda la importancia de la unidad en la iglesia. La piedra angular, Jesucristo, une a todos los creyentes, creando un cuerpo único. La unidad en la iglesia no significa uniformidad, sino que se basa en el reconocimiento de la diversidad de dones y talentos, y en el compromiso de trabajar juntos para el bien común.
La unidad en la iglesia es esencial para el cumplimiento de su misión. Cuando los creyentes trabajan juntos en amor y armonía, son más efectivos en la construcción del reino de Dios en la tierra. La falta de unidad, por otro lado, puede debilitar la iglesia, obstaculizar su crecimiento y afectar su testimonio en el mundo.
La Iglesia: Un Edificio para la Eternidad
La iglesia, construida sobre el fundamento de Jesucristo, es un edificio que trasciende el tiempo y la historia. Es un edificio para la eternidad, que se extiende más allá de la vida presente. La iglesia es la casa de Dios, donde los creyentes pueden encontrar refugio, alimento espiritual y esperanza.
La iglesia es un lugar donde se celebra la gracia de Dios, se experimenta el amor de Cristo y se recibe el perdón por los pecados. Es un lugar donde se puede encontrar comunidad, apoyo y ánimo en medio de las dificultades de la vida. Es un lugar donde se puede crecer espiritualmente, desarrollar los dones de Dios y servir a otros.
Conclusión: Efesios 2:20, un Llamado a la Acción
Efesios 2:20 nos ofrece una visión inspiradora de la iglesia y su propósito. La iglesia es un edificio grandioso y eterno, construido sobre el fundamento de Jesucristo. Es un lugar de gracia, esperanza, unidad y servicio, donde los creyentes pueden encontrar su identidad y propósito en Dios.
Este versículo también nos llama a la acción. Cada creyente tiene un papel que desempeñar en la construcción de la iglesia. Al vivir vidas santas, compartir el mensaje de Jesús y servir a los demás, contribuimos a la edificación del cuerpo de Cristo. Al unirnos a la iglesia, nos convertimos en piedras vivas que forman parte del fundamento eterno que es Jesucristo.
La iglesia es un regalo de Dios para el mundo. Es un lugar donde la gracia de Dios se manifiesta, donde la esperanza se enciende y donde el amor de Cristo transforma vidas. Que cada creyente se comprometa a ser una piedra viva en el edificio de la iglesia, contribuyendo a su crecimiento y desarrollo, para la gloria de Dios.
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Preguntas Frecuentes sobre Efesios 2:20
¿Qué significa Efesios 2:20?
Efesios 2:20 habla sobre la iglesia como un edificio espiritual construido sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Jesucristo como la piedra angular.
¿Quiénes son los apóstoles y profetas mencionados en Efesios 2:20?
Se refiere a los apóstoles y profetas que vivieron en la época de Jesús y que, a través de su ministerio, establecieron las bases para la iglesia cristiana.
¿Cuál es la importancia de la piedra angular en Efesios 2:20?
Jesucristo es la piedra angular que une y sostiene la iglesia. Él es el fundamento sobre el cual se construye la comunidad de creyentes.
¿Qué significa “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”?
Significa que la iglesia se basa en las enseñanzas y el testimonio de los apóstoles y profetas, quienes transmitieron el mensaje de Jesús.
¿Cómo se aplica Efesios 2:20 a la vida de los cristianos hoy en día?
Nos recuerda que la iglesia es un cuerpo vivo, unido en Jesucristo. Debemos construir sobre el fundamento de las enseñanzas de Jesús y trabajar juntos para fortalecer nuestra comunidad.
