La expresión “de gloria en gloria” es una frase poderosa que aparece en la Biblia, particularmente en 2 Corintios 3:18, donde Pablo escribe: “Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Esta frase no se refiere a una simple progresión lineal, sino a un proceso dinámico y continuo de transformación espiritual. Es un viaje de crecimiento, madurez y mayor semejanza con Cristo.
Mirando la Gloria del Señor
Para comprender el concepto de “de gloria en gloria”, primero debemos considerar la naturaleza de la gloria del Señor. La gloria de Dios no es simplemente una característica o atributo, sino una manifestación de su esencia, su poder y su amor. Es una luz que irradia de su presencia, una belleza que sobrepasa toda comprensión humana.
Cuando Pablo habla de “contemplar como en un espejo la gloria del Señor”, nos está invitando a enfocar nuestra atención en Dios. Al hacerlo, nuestra percepción se transforma. Como un espejo refleja la imagen que se le presenta, nosotros, al enfocarnos en Dios, recibimos su luz y somos transformados a su imagen. Este proceso no es pasivo, sino que requiere un esfuerzo consciente de buscar al Señor, de leer su Palabra, de orar y de vivir en comunidad con otros creyentes.
Transformándonos de Gloria en Gloria
La frase “de gloria en gloria” sugiere un proceso continuo de crecimiento y cambio. No se trata de un evento único, sino de un viaje que dura toda la vida. Cada vez que nos acercamos a Dios y contemplamos su gloria, experimentamos una transformación espiritual que nos lleva a un nivel más profundo de semejanza con Cristo.
Esta transformación no es automática, sino que requiere nuestra participación. Debemos estar dispuestos a dejar que Dios nos moldee y nos transforme. Esto implica:
- Arrepentimiento: Reconocer nuestros errores y estar dispuestos a cambiar nuestro comportamiento.
- Obediencia: Seguir la voluntad de Dios en nuestras vidas, aun cuando sea difícil.
- Amor: Amar a Dios y a nuestro prójimo con un amor que se parece al amor de Cristo.
- Servicio: Usar nuestros talentos y recursos para servir a Dios y a otros.
Ejemplos de Transformación de Gloria en Gloria
La Biblia está llena de ejemplos de personas que experimentaron la transformación “de gloria en gloria”. Por ejemplo:
- Abraham: Dejó su tierra natal y su familia para seguir a Dios, y fue transformado en un padre de muchas naciones.
- Moisés: De un príncipe egipcio, se convirtió en libertador de su pueblo, guiado por Dios.
- David: De un pastor de ovejas, se convirtió en rey de Israel, ungido por Dios.
- Pablo: De un perseguidor de cristianos, se convirtió en un apóstol de Jesucristo, transformado por la gracia de Dios.
La Esperanza de la Gloria Futura
La transformación “de gloria en gloria” no solo se refiere al proceso presente, sino también a la esperanza de la gloria futura. La Biblia nos habla de un nuevo cielo y una nueva tierra, donde Dios habitará con su pueblo y donde no habrá más dolor, ni lágrimas, ni muerte. Esta es la gloria final que esperamos, la culminación del viaje de transformación.
Como escribe el apóstol Juan en 1 Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.”
La frase “de gloria en gloria” nos invita a un viaje de transformación espiritual. Es un proceso continuo, donde nos acercamos a Dios, contemplamos su gloria y somos transformados a su imagen. Este viaje implica un compromiso con el arrepentimiento, la obediencia, el amor y el servicio. Mientras caminamos hacia la gloria final, podemos encontrar esperanza en la promesa de que seremos semejantes a Cristo, glorificados con él para siempre.