La Catedral Metropolitana de Santa Ágata, conocida como la Catedral de Catania, es un imponente testimonio de la historia y la fe de la ciudad. Construida originalmente en el siglo XI sobre las ruinas de baños romanos, la catedral ha sido reconstruida varias veces debido a terremotos y erupciones del cercano Monte Etna.
El edificio actual data principalmente de la reconstrucción barroca del siglo XVIII tras el terremoto de 1693. El arquitecto Gian Battista Vaccarini diseñó la impresionante fachada barroca, adornada con estatuas y columnas. El campanario de 90 metros de altura alberga la tercera campana más grande de Italia.
Interior Opulento
El interior de la catedral es una obra maestra del arte barroco. La nave y los pasillos están decorados con notables obras de arte, como el lienzo de Santa Febronia de Nisibis de Borremans y el monumento al obispo Pietro Galletti.
La Capilla de Santa Ágata
Una joya dentro de la catedral es la Capilla de Santa Ágata, que alberga los restos del santo patrón de Catania. La capilla presenta una ventana medieval de parteluz y un coro renacentista de Scipione di Guido.
Otras Características Notables
Además de su impresionante fachada y su interior opulento, la Catedral de Santa Ágata cuenta con otras características notables:
El ábside original del siglo XII con una ventana de parteluz medieval
La Capilla del Santo Crucifijo, con tumbas de reyes aragoneses
Numerosas pinturas de santos del siglo XVII
Un parvis de mármol con estatuas de bronce de santos
Un Testimonio de Fe y Arte
La Catedral de Santa Ágata es un magnífico ejemplo de arquitectura barroca y un testimonio del rico patrimonio histórico y artístico de Catania. Ha sido un faro de fe y un centro de vida comunitaria durante siglos, y sigue siendo uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
